Abrirse camino como autor no es fácil y es probable que pienses que contratar un corrector no es más que un lujo.
¿Para qué contratarlo?
Tienes nociones de escritura, incluso formación. Conoces tu obra mejor que nadie y te asusta que alguien “le meta mano”. ¿Entonces?
Es sencillo. A veces recurrimos a nuestras amistades para que nos aconsejen sobre problemas personales, laborales, etc. Le hemos dado tantas vueltas que ya no sabemos cómo abarcarlo. Un punto de vista externo nos aporta una perspectiva diferente. Esto es similar.
Piensa en cuando estás viendo una película y ves un fallo garrafal. ¿Has visto alguna vez la bombona de gas de Gladiator o el coche de Braveheart? Son cintas conocidas por todos, grandes éxitos, ¿verdad? Pero somos humanos y no, no vieron el coche pasar ni en el set ni en el montaje. ¿Cuántos pares de ojos había? Ya sabes, errar es humano.
Necesitas un profesional que detecte y repare los fallos y erratas de tu texto. Te ayudará a pulirlo. Su trabajo es corregir los fallos ortográficos, unificar la tipografía y perfeccionar el estilo.